Para nadie es un secreto, que la vida es una dura prueba que todos debemos superar, o en su defecto, caminar pensando en nuestro propósito, la pregunta es ¿Cuál es el mío?, ¿Para qué me hizo Dios?, responder a estos planteamientos, no es una tarea fácil, por el contrario, su significado tiende a causar estrés y preocupaciones en muchos.

Sin embargo, resulta rayar en la normalidad, que la vida nos golpee, nos sacuda y nos saque de nuestra zona de confort. La experiencia nos permite asegurar, que habrá momentos donde nos sentiremos al límite, donde el peso de las dificultades es demasiado grande para seguir adelante, pero, sin temor a equivocarnos, es en esos momentos de oscuridad, donde nace la oportunidad de renacer y de florecer como todas la mañanas lo hacen las flores en medio del roció, es en medio de nuestras debilidades, cuando el poder de Dios se manifiesta en nuestras vidas, brindándonos las oportunidades que estábamos buscando para salir adelante.

Es allí, en medio de las frustraciones, donde nos reconstruirnos y somos capaces de transformarnos en una versión más fuerte de nosotros mismos. Te puedo decir que no sé qué estás pasando en estos momentos, pero cualquiera que sea tu necesidad, confía en Dios, porque él ha prometido sostenernos en todo momento.

Mira al águila, en medio de su esplendor y fortaleza, necesita resurgir y renovarse y cuando considera que se encuentra en su mejor momento, se da cuenta que el sufrimiento se hace necesario, para poder alcanzar su máximo potencial. A mi entender, el sufrimiento es parte del proceso, Dios nos pasa por el fuego, nos moldea y forja nuestro carácter.

Pero volvamos al águila, esta especie, cuando llega a cierta edad, su pico se vuelve curvo e inservible, sus garras pierden fuerza y sus plumas se tornan pesadas, dificultándole volar. En ese estado, el águila tiene dos opciones: resignarse y esperar la muerte, o someterse a un proceso doloroso de transformación. ¿Qué harías tú?

Déjame explicarte el contexto, si el águila elige renacer, busca una cueva en lo alto de la montaña y comienza su renovación, como el metal, pasa por el fuego y se moldea, inicia golpeando su pico contra la roca hasta quebrarlo, esperando pacientemente a que crezca uno nuevo.

Posteriormente con su nuevo pico, arranca sus viejas garras y, después de que vuelven a salir, se despoja de cada pluma desgastada. Te aseguro que es un proceso largo y doloroso, pero cuando todo termina, el águila puede volar de nuevo con fuerza y vitalidad, extendiendo su vida por muchos años más.

Fuente: Pexel

¿Te resulta familiar este proceso?, quizás nosotros no nos quitamos la piel, pero si las corazas que solemos colocarnos, y es normal, porque es producto de la vida, en ocasiones, necesitamos soltar lo viejo, arrancar de raíz lo que nos limita, despojarnos de lo que nos impide avanzar.

Ten en cuenta que no tiene que ser algo físico, a lo mejor, puede ser un hábito destructivo, una relación dañina, un miedo que nos paraliza, una creencia que nos encierra en una jaula invisible. No es fácil, porque el cambio siempre duele, pero es necesario si queremos volar más alto.

Como lo dice su palabra en Isaías 40:31: Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.

Aunque nos han enseñado que somos los únicos que podremos resolver nuestros problemas, yo hoy te digo, que esto no funciona, debemos buscar las instrucciones de nuestro creador, Él que tiene y conoce nuestro manual de funcionamiento, Él que sabe cada proceso que hemos de superar. Te presente que somos su creación perfecta y en medio de sus instrucciones podemos notar el apartado que manifiesta, que hemos sido diseñado con la capacidad de renovarnos, de encontrar propósito incluso en medio del dolor.

En este sentido, si hoy tu mundo esta cuesta abajo y sientes que todo se derrumba, recuerda que el dolor no es el final, sino el inicio de algo nuevo. Atrévete a renacer, golpea contra la roca lo que ya no sirve, suelta lo que pesa y permite que Dios renueve tu vida. Recuerda que después de la tormenta, vendrá el vuelo más alto que jamás hayas experimentado. Y tu ¿Cómo vives tu renacer?

ENGLISH VERSION

It is no secret that life is a hard test that we all must overcome, or, failing that, walk thinking about our purpose, the question is: What is mine, what did God make me for, answering these questions is not an easy task, on the contrary, its meaning tends to cause stress and worries in many people.

However, it is almost normal that life hits us, shakes us and takes us out of our comfort zone. Experience allows us to assure that there will be times when we will feel at the limit, where the weight of difficulties is too great to move forward, but, without fear of being wrong, it is in those moments of darkness, where the opportunity to be reborn and to bloom as flowers do every morning in the midst of the dew, it is in the midst of our weaknesses, when the power of God manifests itself in our lives, giving us the opportunities we were looking for to move forward.

It is there, in the midst of frustrations, that we rebuild ourselves and are able to transform into a stronger version of ourselves. I can tell you that I don't know what you are going through right now, but whatever your need is, trust in God, because he has promised to sustain us at all times.

Look at the eagle, in the midst of its splendor and strength, it needs to resurface and renew itself and when it considers that it is at its best, it realizes that suffering is necessary in order to reach its maximum potential. In my understanding, suffering is part of the process, God passes us through the fire, molds us and forges our character.

But let's go back to the eagle, this species, when it reaches a certain age, its beak becomes curved and useless, its talons lose strength and its feathers become heavy, making it difficult to fly. In this state, the eagle has two options: to resign itself and wait for death, or to undergo a painful process of transformation. What would you do?

Let me explain the context, if the eagle chooses to be reborn, it seeks a cave high up in the mountain and begins its renewal, like metal, it goes through fire and is molded, it begins by striking its beak against the rock until it breaks, patiently waiting for a new one to grow.

Subsequently, with its new beak, it tears off its old talons and, after they come out again, it strips off each worn feather. I assure you it is a long and painful process, but when it is all over, the eagle can fly again with strength and vitality, extending its life for many more years.

source: Pexel

This process is familiar to you, maybe we do not remove our skin, but we do remove the armors that we usually put on, and it is normal, because it is a product of life, sometimes we need to let go of the old, uproot what limits us, get rid of what prevents us from moving forward.

Keep in mind that it does not have to be something physical, it may be a destructive habit, a harmful relationship, a fear that paralyzes us, a belief that locks us in an invisible cage. It is not easy, because change always hurts, but it is necessary if we want to fly higher.

As his word says in Isaiah 40:31: But those who trust in the Lord will renew their strength; they will soar like eagles, they will run and not grow weary, they will walk and not faint.

Although we have been taught that we are the only ones who can solve our problems, I tell you today that this does not work, we must seek the instructions of our creator, He who has and knows our manual of operation, He who knows every process we have to overcome. I present to you that we are His perfect creation and in the midst of His instructions we can notice the section that manifests that we have been designed with the ability to renew ourselves, to find purpose even in the midst of pain.

In this sense, if today your world is going downhill and you feel that everything is collapsing, remember that pain is not the end, but the beginning of something new. Dare to be reborn, hit against the rock what is no longer useful, let go of what weighs you down and allow God to renew your life. Remember that after the storm, will come the highest flight you have ever experienced. And you, how do you live your rebirth?

OF INTEREST

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