Tolerancia es aceptar al otro con sus diferencias, pero también decirse las cosas mejoran las relaciones humanas
Mediante casos concretos me referiré acerca de la tolerancia.
En el amor:
Yo te acepto con tus virtudes y tus defectos, pero yo soy yo y tú eres tú. Cada cual es como es: yo soy hogareño; tú, fiestera. Pero así y todo nos queremos y vamos a darnos una oportunidad. Tengo muchos defectos, pero voy a esforzarme en enmendarlos, por mi amor a ti; espero que tú también cambies eso que no me gusta de ti, por todo el amor que me tienes, pero también por ti misma. Tenemos que llegar a un equilibrio, pero en esto tenemos que ceder los dos, tratando de llegar a un entendimiento. Nosotros nos amamos, mi reina, entonces vamos a concretar una hermosa relación, ya verás.
Pero no porque te tolere, voy a dejar pasar todas las cosas malas que tienes. Como te amo, entonces necesitas conocer lo que haces mal; de ti dependerá si cambias eso o no. Dios nos hizo libres a todos, entonces yo no te puedo obligar a hacer algo que no quieras hacer. Simplemente yo te diré lo malo de ti, pero también lo bueno.
Te pido lo mismo de ti: que me digas lo que hago mal y lo que hago bien. Que nos toleremos no significa que tengamos que callar los errores del otro. Digámonos las cosas con confianza, por el bien de nuestra relación.
¿Recuerdas cuando te dije que te veía una excelente bailarina? Pues tus virtudes me encantan. ¿Ya ves que también resalto las cosas hermosas que tienes?
Nuestra relación será con mucho respeto y tolerancia. Me comprometo a esforzarme con todo mi ser para que lo nuestro sea un éxito. Sabes que te amo, por eso quiero estar contigo toda mi vida.
Por otra parte, seguramente en algunas situaciones no vamos a llegar a ningún acuerdo o entendimiento. En esos casos cada uno va a tener que tomar su propio camino, pero al final nos vamos a reencontrar, por el amor que nos tenemos. Por ejemplo: yo soy de ir al estadio, pero a ti no te gusta el fútbol, entonces tendré que ir yo solo. Pero al final, es decir, cuando yo llegue a casa, vamos a seguir amándonos.
Entre padres e hijos:
Hijo, yo te amo, a pesar de que somos tan distintos. Si te reprendo, es por tu bien. Pero así como me enojo contigo, también te premio cuando haces algo que me llena de orgullo. Tú eres muy solidario y eso solo lo tienes tú. Dios te hizo hermoso en ese sentido.
Tu madre te ama también, tú lo sabes muy bien. Ella te respeta y te tolera tanto como yo, pero no por eso puede hacer vista gorda cuando quieres salir a bailar a fiestas hasta altas horas de la madrugada. Tú eres un niño aún, no trabajas, entonces no estás en condiciones de tomar tus propias decisiones.
Nosotros te toleramos en el sentido de que aceptamos tus gustos por las fiestas, aunque no estemos de acuerdo, pero toma en cuenta también que únicamente tú eres responsable fuera de esta casa. Si bien nosotros te estamos dando permiso para salir esta noche, no podemos darte permiso para salir todos los fines de semana ni tampoco para llegar tan tarde a la casa. Tú eres nuestro mayor tesoro y porque te amamos nos preocupamos por ti.
Entre muy buenos amigos:
Amigo, nosotros formamos un excelente equipo de trabajo, tanto que nuestros jefes lo reconocen como tal. Pero no puedo aceptar que fumes dentro de mi oficina. Yo te tolero en muchas cosas, pero no que fumes en mis narices, pues me contaminas los pulmones cuando haces eso. Así que, por favor, como buenos compañeros que somos, respétame, y el respetarme involucra en que no fumes cerca de mi metro cuadrado.
Yo te tolero que seas lento para reaccionar ante un imprevisto y que no tengas iniciativa en lo que a tu trabajo respecta, pero no te puedo tolerar que hagas algo que detesto, y precisamente que fumes es una de las cosas que detesto. Pero lo que detesto es la acción, no a ti.
¿Somos amigos o no? Entonces tenemos que respetarnos para preservar nuestra amistad.
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