Miss Shaughnessy: La verdad oculta [ENG/ESP]

Salimos del sepelio de Thomas y noté que Margareth me evadía, Roberth se había quedado hablando con otro policía y yo decidí tratar de interceptar a nuestra principal sospechosa. Ella había tomado un camino inusual para salir del cementerio, así que emprendí una especia de persecución.

Estaba justo detrás de un gran mausoleo, cuando una enorme mano me tapó la boca con un pañuelo. Hasta entonces no era consciente del peligro que corría. Lo próximo que recuerdo fue estar en un montículo que no supe reconocer, desperté mareada y soñolienta.

Tenía las manos atadas y la boca amordazada. Sentía que me faltaba el aire, no tanto como cuando vi descubrí que mi captor, era alguien que conocía perfectamente.

—Escúchame muy bien, voy a quitarte la mordaza, pero necesito que no grites —Camille parecía estar muy asustado, así que asentí.

—¿Qué demonios te pasa?

—Tenía que traerte así para no levantar sospechas, no quiero que Roberth nos vea juntos.

—¿Es sobre Thomas que quieres hablarme?, ¿tienes algo que ver con esto? —dije furiosa.

—No, claro que no, Samantha. Yo no, pero Caroline sí. Ella envenenó a Thomas con cianuro, la noche en la cual murió.

—Y ha tratado de eliminar las pruebas que la incriminan. Te ha enviado a ti y has dejado las cartas atrás, la taza donde envenenó a Thomas y la envoltura del té imperial. Lo que no sé es, ¿por qué te involucraste?

—Sabía que lo ibas a deducir. La respuesta es simple, cuando me fui a estudiar a Londres creí que mi relación con ella estaba en su mejor momento, pero encontrarme con esto, su embarazo, su infidelidad y su cinismo, me he dado cuenta de que Caroline necesita un castigo.

—Necesito que declares contra ella, Camille eres un buen muchacho, si alguien te relaciona con este asesinato, tu carrera se terminará sin siquiera haber comenzado —dije mientras él me desataba —además, bien sabes que Caroline no merece el amor de nadie después de lo que hizo con Thomas.

—No sé, te lo he contado porque sé que tú podías hacerla pagar por su crimen.

—Lo haré, pero tú trataste de encubrir a una asesina. Hasta ahora el caso de Thomas era tratado como suicidio, pero ya sabemos que no es así. Te propongo algo, si declaras en contra de Caroline, voy a darte créditos en el reportaje que haré en The Mirror, acerca de este caso.

Conocía muy bien a Camille, había sido mi alumno en Instituto de Periodismo de Londres. Era muy carismático, ambicioso y no podía perder aquella oportunidad que le estaba ofreciendo.

—Pero, Caroline, no me lo perdonaría…

—Una mujer como ella no merece la compañía de un futuro gran periodista como tú. No te preocupes, yo voy a orientarte, pero dime, ¿además de ti, existe otra persona que pueda ayudarnos?

—El chofer de los Wilson, Henry. Él ha acompañado a Caroline aquella noche. Pero, no creo que quiera atestiguar en contra de la hija de sus patrones.

—Claro que lo hará, de eso me encargaré. Ahora vamos, necesito que nadie nos vea juntos y sobre todo que nadie sepa de este encuentro.

Salí de aquel escondite, me acomodé un poco el cabello y me puse algo de rubor, sabía que tenía que buscar a Roberth, pero antes que nada debía ir a la estación de trenes.

Había decidido marcharme, nada ni nadie iba a impedirlo. No estaba dispuesta a pasar por un juicio para descubrir algo que yo ya sabía. Así que prepare mi huida antes de que Samy se enterara y comenzara a presionarme. Ella iba a meter a la cárcel a Caroline y me dejaría sin el dinero del seguro.

Entonces, vi a unos policías, no consideré que fuera nada extraño, hasta que vi a Roberth. Intenté esconderme, pero ya era demasiado tarde, justo al otro extremo Samantha se asomaba con su característico caminar y supe que se había acabado.

—¿A dónde vas Samantha?, —preguntó Roberth —no sé si lo sepas, pero hemos hallado cianuro en la autopsia de tu marido. Las pruebas han tardado un poco porque no tenemos ese tipo de laboratorios en Georgetown, pero tú ya lo sabías.

—Roberth, todos van a creer que fui yo la que maté a mi esposo.

—La verdad es que eres la principal sospechosa por tu manera de actuar Margareth. No has sido completamente franca con nosotros, —Samantha ya había llegado a nuestra altura —sabías que Caroline estaba embarazada y además según tus propias palabras probablemente estabas en casa cuando Thomas comenzó a sufrir los efectos del cianuro.

—¿Y tú dónde estabas? —Roberth se dirigía a Samy con enojo.

—Prometo, voy a explicártelo todo Roberth, primero necesitamos llevar a Margareth a la estación y buscar a Henry Colman.

—¿Henry Colman?, ¿el chofer de los Wilson?

—Samy, no tengo nada que ver con el asesinato de Thomas, puedo explicártelo.

—Aunque hubieras llevado a Thomas al hospital, nada lo iba a salvar, pero actuaste con malicia. A pesar del affaire de tu marido, él nunca te dejo padecer ni a ti, ni a tu familia. Los has visto morir y has tratado de encubrir a la asesina para cobrar un seguro que no te ayudara a encontrar la paz que tanto anhelas. Lo que has hecho es infame, pero no más infame que lo que ha hecho Caroline.

—Tú puedes enfrentar cargos por tratar de engañar al seguro, pero prometo ayudarte si colaboras con nosotros. Queremos reunir el mayor número de evidencia posible, si quieres hacer algo bien, este es tu momento, —Roberth lucia cansado, pero seguro de lo que hablaba, asentí y dejé mis manos en el destino de la policía.

Conseguimos una orden de arresto contra Caroline, todo sucedió tan rápido que no tuve tiempo de digerir que estaba exactamente. Cuando llegamos a casa de los Wilson, todo el mundo estaba sorprendido, ella lucía un pijama rosa ceñido al cuerpo, lo que me hizo dudar de su presunto embarazo.

No era de extrañar que también hubiera inventado un embarazo para molestar aún más a mi amado Thomas.

—Tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga o haga a partir de este momento, puede ser utilizado en su contra —Roberth leía los derechos de Caroline y yo me preguntaba, quien abogaba por los derechos de mi amigo, nada lo haría revivir.

Miré a un costado y logré ver a Henry, el chofer de la familia. Me acerqué y le dije que también debía acompañarnos. Él sabía por qué la hija de su patrón estaba siendo arrestada, así que asintió y procedió acompañarnos. Íbamos a tener ya a tres testigos, algo me decía que faltaba aún más evidencia y que podía encontrarla. Pero, antes tenía que comenzar a escribir mi próxima historia de investigación, El caso de Thomas estaba casi resuelto.