Hola amigos y apreciados lectores, espero que estén teniendo una buena semana y que lo que queda de esta sea igual de buena. Hace unos días hice una publicación donde expresaba que me gustaría utilizar el espacio que me brinda HIVE para tener un espacio donde se hable de temas interesantes y educativos que fomenten el buen saber de una forma dinámica y agradable. No quise esperar mucho para llevarlo a cabo así que hoy mismo doy inicio a este espacio que bautizo como “#HablemosDe” con un tema que en lo personal me interesa mucho y del cual creo hace falta más información y conocimiento por parte de las personas; me gustaría también llevar a cabo este espacio de forma semanal, dicho todo esto, espero que lo disfruten.

Autismo, muchos hemos visto algo de eso en la televisión o por medios digitales y de comunicación, estoy seguro que muchos de nosotros hemos estado en contacto con alguien cercano a un niño autista o incluso un paciente pero ¿Sabemos que es el autismo o de que se trata?, ¿Sabemos que hay que tener en cuenta a la hora de tratar con un niño autista? Pues bien, si no lo sabían espero que aquí puedan encontrar respuestas a esas interrogantes.

Anteriormente se pensaba que el autismo era un trastorno solo de los niños pero en los últimos años se ha demostrado que es más bien una condición que acompaña al paciente por toda su vida. A lo largo de los años se ha ido creando el estigma de que los niños autistas son “retrasados mentales” pero se debe diferenciar entre autismo y retraso mental pues no son la misma cosa, el niño autista puede o no tener un cociente intelectual bajo o de igual forma alto pero este se diferencia de los menores con retraso mental porque sus mayores deficiencias son de carácter social y conductual, es decir el niño autista muchas veces no muestra interés por sus pares, no le interesan los juegos ni siquiera con sus padres y evita todo tipo de comunicación ya sea visual (no miran a los ojos) o expresiva, además no se sienten bien con el contacto de otros ni las experiencias sensoriales (no soportan ruidos fuertes) mientras que los niños con retraso mental no presentan esta caracterización.
Según la OMS y sus criterios de diagnóstico del autismo a partir del 2019 en el CIE-11 se incluyen dentro de los “Trastornos del Espectro Autista” los siguientes
Autismo.
Síndrome de Asperger.
Trastorno Desintegrativo Infantil.
Otros trastornos generalizados del desarrollo, no especificados.
Según la Healthy Children u Organización para la salud de los niños los signos que podemos encontrar en niños con autismo son:
No mantiene contacto visual o establece muy poco contacto visual.
No responde a la sonrisa ni a otras expresiones faciales de los padres.
No mira los objetos ni los eventos que están mirando o señalando los padres.
Es incapaz de percibir lo que otros podrían estar pensando o sintiendo al observar sus expresiones faciales.
No demuestra preocupación (empatía) por los demás.
De carácter comunicativo: Se refiere a sí mismo como "tú" y a otros como "yo", y puede mezclar los pronombres.
Con frecuencia no parece querer comunicarse.
No comienza ni puede continuar una conversación.
No señala cosas para indicar sus necesidades ni comparte cosas con los demás.
No responde cuando lo llaman por su nombre pero sí responde a otros sonidos (como la bocina de un automóvil o el maullido de un gato).

Anteriormente se creía que el autismo podía tener su origen en el núcleo familiar, es decir, se pensaba que este trastorno era causado por el mal trato de los padres a los niños, los llamados "madre-padre nevera" (refrigerator mother-father) que según esta creencia le daban una crianza austera y falta de afecto a sus hijos lo que desembocaba en autismo, afortunadamente hoy en día se sabe que esa creencia esta errada y carece de veracidad. También se sabe que a finales de los años noventa se implanto la creencia de que el autismo era ocasionado por vacunas, específicamente por la SRP (Sarampión, Rubeola, Parotiditis) lo que desemboco en malestar general y escepticismo hacia las vacunas pero afortunadamente la comunidad científica toda demostró que esa teoría es equivocada y estaba fundada en los intereses económicos de ciertos médicos y empresarios.
Por mucho tiempo hubo ciertas confusiones en cuanto al autismo pues se confundían los hábitos y actitudes de algunos niños mimados con características de los Trastornos del Espectro Autista lo que terminó con la implantación de buenas herramientas para el diagnóstico de TEA, cabe decir que dicha confusión es falsa pues el autismo es una condición neurobiología mientras que la “malcriadez”, por llamarlo de alguna forma, es una actitud que adquieren los niños frente a la crianza de los padres.
En cuanto los estigmas son muchos, se piensa equivocadamente que un niño autista es un retrasado mental cosa que es falsa como explique anteriormente, además muchas personas evitan tener contacto con niños TEA o incluso no dejan a sus hijos que lo tengan por temor a que la condición sea o contagiosa o perjudicial para sus hijos, todo eso sumado a las burlas y el bulliying que muchos sufren y que además en niños con algún Trastorno del Espectro Autista es mayor, cosa que se ha evidenciado con muchos estudios de la actualidad.

NIH: Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano
Organización Mundial de la Salud
Esto ha sido todo por hoy amigos, espero que hayan disfrutado de este espacio, no duden en comentarme sus dudas e inquietudes y todo los demás. Nos leemos en una semana con más de #HablemosDe!
Muchas gracias por la visita.
No olvidan comentar y compartir.



