Mis piernas y mis manos temblaban aferrándome a la débil rejilla que era lo único que me mantenía con vida después de la caída. Mi corazón, latiendo agitadamente y casi rompiéndome el pecho, era el indicador de estar cerca de alcanzar mi deseo secreto. Gateando logré llegar a la puerta; con dudas giré el pomo para abrirla descubriendo así la escalera que conduce a otras puertas.

Hola Hivers amigos. Este microrrelato lo hago participar en el Concurso que propone @monster-one. Las reglas son sencillas y la intención me parece magnífica. Hacer un microrrelato para, tal vez, luego escribir una gran historia (esta última parte la agrego yo, jajajaja). Pero al punto, la propuesta es osada, y personalmente pienso que es cierta, el inicio de un cuento es el “gancho” para que te sigan leyendo. Espero que les guste!