
Viví un día feliz y otro triste, así lo hice a diario. Era una forma de experimentar mis vivencias. Disfrutar o sufrir cada 24 horas, yo elegí esas dos opciones.
Resulta que cuando adolescente me mudé a una casa misteriosa. Allí nunca estuve tranquilo. La vida parecía un Déjà Vu.
Un día revisando el ático, encontré una lúgubre puerta. Me dio miedo abrirla. Giré la manilla, entré y volví a salir del mismo lado de la habitación.
Todo lucía exactamente igual, sin embargo, había viajado en el tiempo a un día antes. Fui así que vivía dos veces cada hoy.
Esta es mi participación para el Concurso Monstuoso creado por @monster-one y en el que puedes participar con un microrelato de cien palabras como máximo, inspirado en la fotografía realizada por él. Yo decidí hacer un gif para vincular mucho más la imagen a mi escrito. Esta es la original.
