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Acá estoy por primera vez acompañándolos en este reto que ha escogido al corazón como protagonista, ese travieso alegórico ser que nos mete en problemas pero que también nos llena de momentos inolvidables.
Y digo alegórico ya que en la realidad el corazón es un órgano muscular hueco de nuestro cuerpo cuya función es mantener circulando el corriente sanguíneo por nuestras venas y arterias, de tal modo que podamos vivir. Esto lo hace bombeando la sangre en periodos de tiempo que va de acuerdo al estado en que se encuentre la persona, en reposo el promedio es de 60 a 80 latidos por minuto, pero pudiendo acelerarse ante el esfuerzo o algo que impacte a la persona, entre ellos el dolor y al alegría, por nombrar dos.
Esta condición derivó en que los poetas lo tomarán como motivo de inspiración creando metáforas diversas basadas en que el amor produce diferentes cambios en el ritmo cardiaco, y finalmente lo adoptaran como el símbolo de este sublime sentimiento.
Para el reto les traigo un soneto, clásico, endecasílabo con rima consonante dedicado, no al musculo sino a la representación del amor.
Quien te deja pensar cae rendido
ante el encanto de la ensoñación
del amor que a veces está perdido
haciéndonos sufrir con su adicción.
Eres cómplice letal de Cupido
que con sus flechas transforma en canción
los sentimientos no correspondidos
arrastrando cual ciclón, la ilusión.
Contigo sufro mas sin ti no existo
eres un mal necesario en mi vida
aunque a veces me hagas un mendigo.
Soy tu esclavo sin remedio y resisto
tus equivocaciones, que lucidas
o locas dan el amor que bendigo
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Imagen propiedad del Club 12