
En los zapatos de Amanda


Todas las mañana Amanda se levanta diciendo: <<te amo, buenos días mamá>>, algunas veces con tono mimoso y otra con energía para empezar, este último estilo indica que es hora de estar en sus zapatos. Una mañana que transcurre entre ocupaciones del hogar y escuchar mami vamos a jugar, significa hacer un stop para brindarle el tiempo que requiere, ya sea jugar con muñecas, colorear, construir, entre otros, por tanto, es el momento de acompañarla en su petición o ingeniármelas para mi conveniencia, al crear un juego que la distraiga y pueda retomar mis tareas de casa o escribir una publicación.

En las tardes suelo colocarme en sus zapatos y es hora que drene, la llevo al parque, salimos a comer un helado, pasear en su monopatín, etc para regresar a una casa donde la espera su padre y su hermano, ellos la entretienen un poco. De igual manera, ponerme en los zapatos de mi niña, significa comprender sus intereses, curiosidades, inseguridades, emociones, escuchar su pensar y su imaginación me inspira, todo esto fortalece el vínculo entre madre e hija.

Estar en los zapatos de Amanda es aceptar que viva el momento a su ritmo sin que exista premura. Vivir en los zapatos de mi niña es hacer actividades divertidas sin limitaciones, aunque tenga que limpiar más de lo debido es necesario disfrutar y sonreír siendo niño.

Últimamente los zapatos de Amanda me quedan grande, me da lecciones gratificantes y sé que escuchar todo el día mamá, mamá! me aturde, pero hay una respuesta sobre ello, a ella, también le molesta oír: Amanda, Amanda, Amanda!, esto reafirma que mi niña tiene mucho por enseñarme.

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Primera imagen creada con la aplicación PhotoLayers

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