Reto de la semana: Caminando en los zapatos de tu hij@

En los zapatos de Amanda

Recuerdo una tarde en mi casa de pequeña deambular entre los diferentes lugares a la espera del momento idóneo para jugar con mi madre. Una mujer que trasladó el trabajo al hogar mientras cumplía los deberes de la casa y dedicarle “atención” a un hijo independiente y a una niña de 10 años. El punto es que, mi madre se sobrecargó y las horas de juego se extinguieron, lo cual me entristecía escuchar: <<ahora no puedo, estoy en asuntos de trabajo>>

Ella se esforzaba por nosotros, estaba en juego la responsabilidad de mujer, madre y empresaria. Hoy después de tanto tiempo, una publicación de #Motherhood hizo que ese recuerdo cobrara vida y se posicionara sobre hechos positivos; no obstante, también evoqué una etapa adulta jugando con mi madre permitiendo recuperar mi infancia en compañía de ella. No podemos juzgar a nuestros padres hasta que aprendamos la lección, el sacrificio tuvo resultados y me puse en los zapatos de mi madre para comprender su comportamiento tan distante, había otras preocupaciones que en otros tiempos eran socialmente estigmatizados.

Ahora que soy madre, la comprendo con mayor ahínco y sé que no quiero repetir una conducta distante para compartir con mi hija Amanda, así que, me pongo en los zapatos de mi niña en muchas oportunidades y otras le explico que esta vez no estoy de ánimo para jugar.

Todas las mañana Amanda se levanta diciendo: <<te amo, buenos días mamá>>, algunas veces con tono mimoso y otra con energía para empezar, este último estilo indica que es hora de estar en sus zapatos. Una mañana que transcurre entre ocupaciones del hogar y escuchar mami vamos a jugar, significa hacer un stop para brindarle el tiempo que requiere, ya sea jugar con muñecas, colorear, construir, entre otros, por tanto, es el momento de acompañarla en su petición o ingeniármelas para mi conveniencia, al crear un juego que la distraiga y pueda retomar mis tareas de casa o escribir una publicación.

En las tardes suelo colocarme en sus zapatos y es hora que drene, la llevo al parque, salimos a comer un helado, pasear en su monopatín, etc para regresar a una casa donde la espera su padre y su hermano, ellos la entretienen un poco. De igual manera, ponerme en los zapatos de mi niña, significa comprender sus intereses, curiosidades, inseguridades, emociones, escuchar su pensar y su imaginación me inspira, todo esto fortalece el vínculo entre madre e hija.

Estar en los zapatos de Amanda es aceptar que viva el momento a su ritmo sin que exista premura. Vivir en los zapatos de mi niña es hacer actividades divertidas sin limitaciones, aunque tenga que limpiar más de lo debido es necesario disfrutar y sonreír siendo niño.


Últimamente los zapatos de Amanda me quedan grande, me da lecciones gratificantes y sé que escuchar todo el día mamá, mamá! me aturde, pero hay una respuesta sobre ello, a ella, también le molesta oír: Amanda, Amanda, Amanda!, esto reafirma que mi niña tiene mucho por enseñarme.


Gracias por la visita y su comentario


Fotografías tomadas con mi teléfono Noblex modelo 551.
Primera imagen creada con la aplicación PhotoLayers

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