VINIERON DEL NORTE


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«Los encantos llaman la atención, pero el mérito gana el alma.»

— Alexander Pope



𝕍𝕀ℕ𝕀𝔼ℝ𝕆ℕ 𝔻𝔼𝕃 ℕ𝕆ℝ𝕋𝔼


Hace mucho tiempo, mi madre que contó la historia de unos extranjeros que arribaron en nuestras costas. Vinieron del horizonte lejano, donde nadie se atrevía ir, llevaban cascos y armaduras plateadas, las mujeres usaban vestidos del mismo color, con bordeados azules y verdes que parecían hechos de seda. Sus cabellos eran castaños y su piel morena, las mujeres eran hermosas de ojos avellana y los hombres eran barbudos de pelos crespos y rizados.

Eran muy altos, tanto que intimidaban, los cuerpos de los hombres eran musculados y sus rostros severos, como el rostro de un gran titán. Pidieron asilo en nuestra pequeña comunidad, estableciéndose a un lado de nuestra aldea. Yo no había nacido entonces, pues mi madre no había conocido a mi padre aún, pero dejaron rastros de su estadía, un periodo que dejó marcada tanto la tierra como a las personas.

Muchos rumoreaban sobre el verdadero propósito de los visitantes ya que estos no hablaban con sinceridad. Decían que solo estaban de paso y amablemente cambiaban su conversación ocultando sus verdades. Su actitud era sospechosa, tanto que me decía mi madre que la gente pensaba que eran fugitivos, o peligrosos piratas que escapaban de la mano de un poderoso comandante a quien le habían robado las joyas más valiosas de su hogar.

La gente inventaba aún más cosas y no pasó mucho tiempo para que desconfiaran de ellos, incluso una asamblea fue convocada por los ancianos para advertir a las personas de no irrumpir en la vida de los extranjeros hasta que se fueran. La mayoría cumplió el mandato, excepto mi madre, quien aún los veía con curiosidad. Ella, quien se destacaba por ser buena y cumplir las leyes, había enviudado a corta edad, pues su esposo partió a una guerra de la que jamás volvió.

Desde entonces quedó sola en la cabaña que él construyó para los dos, hasta que fue visitada por uno de los extranjeros. Decía mi madre que era un hombre guapo, con una actitud muy segura de sí mismo. Su voz era tan profunda que cautivó su corazón, y sus ojos, aunque conferían beldad, eran insidiosos estableciéndose en su mirada.

Mi madre no solo fue presa de la curiosidad, sino de la pasión y el placer, y fue así como quedó en los brazos de mi padre. En secreto, él la llevó al campamento de los extranjeros y mi madre vio todo cuanto pudo contemplar. Había jarrones, muy grandes y extraños, de colores esmeralda brillante, y joyas que exponían una extraña escritura, algo que ella no había visto jamás. Mi madre admiraba el ropaje de las mujeres, sus aromas, sus cabellos, le impresionaba lo hermosos que eran.

El campamento parecía un palacio comparado con la casa real de la aldea, era impresionante las bellezas que aquellos extranjeros poseían. Mi madre probó sabores desconocidos y deliciosos, esa noche cenó una carne de cerdo suave, tan tierna y jugosa que se desprendía sola del hueso. Las bebidas eran exquisitas pues parecían extraídas de frutas celestiales, y la música también era extraña, cantada en un lenguaje diferente y tocada con instrumentos que ella jamás había visto.

Algunas estrofas las recordaba y me las cantaba en mis noches de sueño, aunque eran inentendibles para ella, aún podía rememorar la sensación que aquellos hermosos canticos le provocaban. Esa noche, mi padre y ella, en medio de un remolino de éxtasis, se tomaron de las manos y fueron a un lugar privado. Fue el único momento de pasión que tuvieron, y a la mañana siguiente, mi padre y su gente ya tenían que marcharse.

Hubo un último recuerdo que trajo consigo un beso, y ellos desaparecieron a la luz del mar. El pueblo vio con recelo la relación de mi madre con mi padre, así que fue apartada de la aldea. Pasaron los meses y yo nací, con los pelos encrespados, la piel morena y los ojos avellana, era idéntico a mi padre en contextura y altura. Todas las tardes observaba el horizonte, teniendo aquellas historias en mi mente, hasta que llegara el día que una sombra me advirtiera el regreso de ellos.

FIN

Escrito por @universoperdido. 21 de Mayo del 2021


La foto de portada es de mi propiedad, tomada con un celular Moto E4 y editada con PhotoScape y Snapseed.

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