
el sinuoso resplandor de las tormentas ha tejido la cola del cometa, no es (no somos) nada, calma
allí en el centro de la esfera de cristal, quédate
escucha
respira ese color
es el olor del viento que nace de ti
es el sonido del mar de silencio, donde las olas son una, soñando con su propia posibilidad de mutar, concibiendo la tenue diferencia, sintiendo una voz, la misma,
en el tiempo