
Vine aquí para ser libre.
Los improperios que escupe al rostro de la historia este capítulo nuestro, escrito en los pellejos de la infancia sin esperanza y en la espera de una muerte no natural, me hacen parte de la treintena de millones a quienes el alma se nos va llenando de miedo a no ver el cambio.
Pero aquí están ustedes.
El horror que entumece mi garganta vaya como añadido a los garabatos que trate de hacer revolotear aquí, a sabiendas de que sus oraciones y buenos deseos ayudarán a llevar a esas mariposas a cumplir sus sueños como efectos.
Me siento entre hermanos, muy a gusto. Una hoja de Jade sujeta al tronco con fuerza, a salvo del temor a fenecer. Si una tras otra van cayendo, vienen más a reponerlas, con la turgencia de la libre persistencia.