Cuando me entere que la enfermedad, llamada COVID-19, se hizo mundial en todos los países, comencé a utilizar el Tapaboca para protegerme a cualquier lado que quería ir. Pero, al mismo tiempo, me sentí acalorado y sin poder sonreírle a las personas como era debido. Incluso, en algunas oportunidades pasaba 2 horas con la mascarilla y luego me la quitaba, ya que en ese momento me encontraba donde mi abuela, Eloina Pereira, y por si fuera poco, en otros hogares de la familia Pereira.

Asimismo, el tapaboca cumple una protección importante para el cuidado del ser humano, dándole tranquilidad al momento de utilizarla correctamente, siendo esto un requisito para combatir la malvada Pandemia, mejor conocida como el Coronavirus.

Este servidor, Anthony Lárez, vive en Maturín, Venezuela, en los apartamentos de la Gran Victoria, mejor conocido como los "Iraníes" y en donde me encuentro viviendo con mis padres actualmente, y con el travieso Edixon Brito. Evidentemente, a partir de las 2:00 de tarde hace una calor inmensa, dentro y fuera del hogar, lo cual nos hace sudar cuando vamos hacer un mandado a nuestra mamá, Nubraska Pereira.

Siguiendo con la redacción, les tengo que decir a continuación que en varios lugares de Venezuela se ha realizado Tapabocas muy vistosos y que realmente llaman la atención, cómo por ejemplo: El tapaboca de está foto, la cual viene siendo de mi madre bella, quien me dio el permiso para tomarme una selfie con lo ya mencionado.

Hace unos días me dieron unos mareos donde mi abuela, producto de utilizar mucho el Tapaboca. En ese momento, entendí que debía de acostarme y dormir un buen rato, hasta que por fin se me paso el mareo "loco".