Tras un viaje, totalmente improvisado, hace unos días, les ofrezco un árbol muy típico de esta aventura. Si tuviéramos que datar su origen, nos trasladamos a tiempos del Neolítico.
El acebo, es el protagonista hoy en la huertina de @avellana.
En España es más frecuente en la mitad Norte. Existen ejemplos de bosques de acebo, preciosos, llenos de magia.
En la actualidad es una especie protegida, esto quiere decir, que está prohibido cortar ramas o arrancar las plantas que crecen espontáneamente en nuestros bosques.
El acebo es un árbol pequeño, de crecimiento lento, puede superar varios metros de altura.
Puede vivir hasta más de 100 años . Es galán de un crecimiento espontáneo.
Sus hojas son perennes, de color verde oscuro, brillantes y algo duras, con espinas y el borde algo ondulado. Al parecer, utilizan sus espinas sabiamente para así evitar ser comidas por animales la zona.
Su floración tiene lugar en la primavera y los frutos, conocidos por muchos, aparecen en otoño e invierno. Estos frutos son bayas de color rojo intenso. Estas aún están verdes.
El tronco, presenta la corteza lisa de color gris, a veces con tonalidades más oscuras.
- Ubicar en un lugar donde el riego no se encharque.
- Para facilitar su crecimiento, sobre todo en los primeros años vida, mejor con algo de sombra.
En los próximos días les ofreceré un resumen de este viaje, mediante una publicación en mi blog, acompañado de paisajes preciosos de esa zona de España. Un lugar lleno de encanto, un pequeño paraíso.
El acebo era reconocido como árbol sagrado. Se empleaba en el solsticio de invierno para atraer, la buena suerte y la prosperidad. Otro nombre dado era “el guardián de la sabiduría” y se dice que los druidas, lo utilizaban para confeccionar sus varitas. Se dice también que plantado cerca de tu casa, te protegerá de la mala suerte y hará que el invierno sea más llevadero.
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