Ayer noche asistí a un concierto de esta banda tan representativa del rock español y de la década de los 80. Un directo limpio y la buena voz de José Manuel Casañ, a la que parece no afectarle el paso del tiempo, lideraron la mágica noche que nos hicieron vivir.
Por si fuera poco el buen sabor de boca que te deja tenerlos delante tocando en vivo, decidieron endulzar aún más la noche con el bonito gesto de donar íntegramente la taquilla recaudada a la fundación Ronald McDonald, que proporciona hogares de forma gratuita a los niños que tienen que abandonar su hogar originario para tratarse enfermedades de larga duración.
