Ando despierto,
medio despierto,
con un leve sueño que no me deja avanzar.
Siento un frío violento,
cierro los ojos algo lento,
comienzo a soñar.
En tu sonrisa me pierdo,
caigo en coma estando cuerdo,
no vuelvo a despertar.
Mi cuerpo está muy tenso,
hay un problema en el que pienso,
no se aleja.
Ya he pasado por algo como eso,
la sensación de robarte un beso,
nada se le asemeja.
Por uno de ellos iría preso,
expresándome a través del verso,
estando tras una reja.
Aunque por fortuna aún sigo inmerso,
pintando tu mirada en el lienzo,
pero ésta es compleja.
Pues está sólo aquí en mi mente, no he podido mirarla,
así que muero lentamente, al no poder recuperarla.
Hay mucho ruido de fondo,
y aunque tengo oídos sordos, sólo escucho tu voz.
Poco a poco me ahogo en ese vaso hondo,
el sufrimiento me lo escondo, rezo por ti ante Dios.
Me dejo llevar por mi pensamiento,
quiero pensar que es sólo un invento,
una gran fantasía.
Son cosas que por dentro siento,
lo dejo salir y me miento,
aquí en mi eterna poesía.
Sigo sentado en la sala de espera,
aunque mi mente está en una esfera,
un universo mágico.
Sigo soñando sin que duerma,
fingiendo que adentro no estás enferma,
lo cual es algo trágico.
Abro mi ojos poco a poco,
y ahora es cuando realmente comienzo a despertar.
Entro a la habitación y te toco,
sólo al observarte comienzo a ver la realidad.
Al contrario tú no me ves ni me oyes tampoco,
estás a un paso de la mortalidad.
Pero aunque salir de ésta suena loco,
estoy convencido de que pronto volverás a caminar.
Y juntos...
Una nueva vida comenzar.
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