Comienzo a sentir, a desear,
voy a la cama, cierro mis ojos y fantaseo,
te imagino desnudo, tan moreno, tan oscuro,
que contrasta con mi blanca piel,
¡waoo eso me enloquece!
Mi entrepierna comienza a hablar, ella quiere, palpita,
te pide a gritos
y es entonces cuando llegas,
te puedo oler, susurras tus ganas muy cerca de mi cuello,
tu voz, me seduce.
Introduces tus dedos en ella y acaricias mi clítoris,
juegas con él, me volteas,
y mientras tu boca recorre mi espalda, toco mis senos,
acaricio mis pezones, ¡Me gusta hacerlo!
¡Estoy excitada!
Levantas bruscamente mis caderas,
besas mis nalgas hasta bajar a mi vulva ya húmeda de deseo,
lo disfruto...si, estás aquí!
No quiero que termine aún,
te someto a mí,
ahora acostado puedo verlo,
fuerte, erecto, enérgico,
en su máxima expresión.
Lo tomo y el juego oral comienza a hacer de las suyas,
mi lengua traviesa no deja un solo rincón de él sin recorrer
¡Siento que falta poco, pero no! ¡Quiero más!
Te observo allí, acostado y no lo pienso,
voy a mi lugar, a mi trono y
sentada allí como toda una amazona comienzo a galopar,
mientras tomas mis senos en movimiento desesperadamente,
como queriéndolos comer ¡ufff que momento!!
¡Respiro!
El orgasmo está en puerta...pero no ¡quiero más!
te apoderas del momento, tomas el control,
Ahora sobre mí, continúas jugando con tus dedos,
te encanta hacerlo, sabes que me gusta.
No puedo creerlo ¡estás aquí!
Abres mis piernas y tu miembro juega con mi paciencia,
te pido que me tomes,
¡hazlo ya! Hasta el fondo y aún más,
vuélveme loca, te quiero sentir,
te repito una y otra vez.
Me rozas, tu miembro enamora mi húmeda abertura,
mis brazos se extienden en la cama como rindiéndome a ti,
entonces haces tú entrada firme, fuerte y exaltada,
mis piernas no quieren soltarte
¡estás aquí! ¡Y no te irás!
Tomas mis senos en tu boca,
murmuras como te encanta hacerlo,
tus gemidos se hacen intensos,
los míos irrumpen en la habitación,
¡Llegó el momento!
Ese instante en que te detienes para desahogar el placer,
el ápice perfecto donde la explosión se hace presente,
como un volcán cuando recorre las montañas,
ahhh, uff, no quiero que me sueltes,
quiero hacerlo más largo.
Nuestros cuerpos se humedecen,
el momento en que somos uno solo ha llegado,
un prolongado suspiro protagoniza este momento...
los cuerpos descansan, yacen abatidos terminada la batalla,
entonces abro mis ojos pero solo mi almohada me acompaña...


