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"Curioso es que caer se siente como volar por algún momento"
Nos sentimos más grandes que el mundo, elevados, tan solo mira ese horizonte tan lejano, tan pequeño a nosotros. Si yo soy más grande, yo soy el dueño. Y es que así nos puede hacer sentir el amor, la ilusión del compartir vida y sentimientos, la ilusión de ser parte de una misma historia sin fin más allá de la inevitable muerte terrenal. Nos hace sentir especiales, que todas las variables existentes en el universo se combinaron de una manera única para que este momento entre nosotros, Helena, se dé.
No quiero ser pesimista pero cuando todo se acaba -para bien o para mal- nuestras vidas se tornan monocromáticas por algún tiempo, ligero o prolongado pero sucede. A veces un monocromático cálido otras veces frío o inclusive neutro. En dicho caso decido la sensación monocromática que me dejará nuestra separación. Decido alimentar mi alma -y tu alma- de nuestras ilusiones.
Porque a todas estas he aprendido que no más que eso, la vida y las relaciones que la componen son efímeras, cuesta entenderlo y aceptarlo, pero al tenerlo presente sin la paranoia del "¿cuándo lo que conozco terminará, dejará de ser?" creo que podremos ser realmente felices, aprovechando y amando cada momento que se vive, porque al día siguiente yo seré otra persona y tú, Helena, también serás otra persona. Entiendo la inestabilidad de lo que te propongo, no hay garantías desde el punto de vista de inversión a largo plazo, a mí ya me han hecho esto y yo lo he hecho, siempre salgo perdiendo yo, pero puedo decirte que sé amar y estoy enamorado del amor. Acepta estas flores, acepta mi naturaleza y haré todo lo posible por darte los mejores momentos de mi vida porque sé que tú me darás los tuyos.
Solo no te vayas.
Quédate.
Quédate conmigo.
Estas flores quiero que sean para ti y la tú de futuros días, no quiero que sean para una lápida emocional que albergará únicamente a la Helena de hoy con nuestra relación muerta. No desistas que yo no desistiré, no importa cuánto discurso tuve del monocromático de la despedida, no estoy listo para tu partida.
Por favor, Helena, no quiero que me recuerdes con esa tristeza que muestras. Te quiero sonriente y llena de aquella calidez que solías mostrarme.
No tomes ese camino en el que no puedo acompañarte.
...
Adiós.
Cuando el amor se acaba
entonces no hubo amor
hubo una fuerte ilusión
que unió a dos almas
almas que estaban perdidas
y se encontraron un tiempo
efímero juego de la vida
que destruye sentimientos