~Vamos, vamos que ya son las 10:00!
Raquel me estaba gritando otra vez, la verdad es que todavía me daba un poco de reparo, no quería dejar ni mi sofá ni mi querida televisión solos durante todo un fin de semana.
No me había molestado ni en cargar, ni en preguntar por todo lo que Raquel había preparado para esta "salida al campo"; por supuesto, sabía que en nuestro pequeño panda no cabía ni un tenedor más, pero me había hecho el despistado, yo creo que en mi interior estaba provocando una pelea entre Raquel y yo como escusa para no salir. Raquel era demasiado lista y demasiado ambiciosa para mi. ¡Que demonios! Raquel era demasiado hermosa y bella para mi.
Ahora todo es distinto, que momento más bello, que momento más impactante. Mi querida reflex acaba de recoger en su SD card un momento único. Mientras yo me quejaba de la humedad y el frió, aquí en mitad de las montañas y entre pinos, Raquel se fue a dar un paseo. Yo no le quitaba ojo de encima, se deslizaba lentamente entre las rocas, se paraba a susurrar a las hormigas y buscaba mariposas entre las ramas. Se ha subido a una roca y allí, como en trance, se quedó varios minutos con la cabeza ladeada pero sin mirar a ninguna parte.
El bosque ha abrazado a Raquel y Raquel abrazó al bosque. Puedo sentir como los pinos agradecen la presencia de Raquel, como la niebla juega con ella creando momentos oscuros y momentos blancos y brillantes, como la brisa mueve su manto al compás de las ramás, como sus pies forman parte de la roca...
No puedo respirar, no quiero perturbar este momento, abro los ojos bien abiertos y mi corazón deja de latir durante dos largos segundos, no se muy bien que pasa, es como si todo fuera uno, como si uno fuera todo... mi pensamiento deja hueco para mi alma, si, mi alma es la que está absorbiendo todo este paraje, me llena de, de, ...
CLICK!
Parpadeo y noto el peso de la cámara entre mis manos, que me falta aire y que la magia ya no esta, ya solo noto el frió y la humedad y el bosque deja de abrazar a Raquel. Da igual, lo he entendido, ya no necesito mi sofá. Me levanto corriendo hacia Raquel, la cual me espera sonriendo, la beso y me agacho ha susurrar a las hormigas, espero poder abrazar al bosque otro día cualquiera, otro día como Raquel.