Definitivamente vivir es maravilloso, cada situación que tenemos la dicha de experimentar, nos hace más humanos, más fuertes y más agradecidos.
Les saludo cariñosamente y les anuncio con la mayor de las felicidades que ya ha nacido mi tercera bendición.
Mi hijo Álvaro Francisco Cróquer Jiménez llegó sano, fuerte, hermoso y avispado. Su nacimiento fue agradable y muy tranquilo, sin ningún inconveniente, con muy buen trato por parte de los médicos y enfermeras, además de la grata compañía de familiares y muy buenos amigos.
Cuando entré a quirófano me sentía nerviosa y angustiada porque creía saber que me esperaba. Creía que sería una cirugía parecida a las anteriores y pensaba además que podría sucederme lo peor. Todos estos pensamientos negativos me agobiaban por recordar una y otra vez las palabras de mi anterior ginoco-obstreta. “Si quedas embarazada de nuevo, yo no me atrevo a operarte” “Salí estresada de tu cirugía, casi te me mueres”.
Con aquellas palabras rondando mi cabeza no podía estar tranquila, sin embargo, me aferré a Dios, a la vida y a mis hijas, esposo y familia. Me sentí confiada y mi fe me acompaño en todo momento. El resultado fue una cesárea muy segura, feliz y sin ningún dolor.
Cantaba en mi mente la canción de “El Kanka” Qué bello es vivir. Y puedo decir que realmente disfrute la llegada de mi hijo.
Estoy adolorida y es normal luego de una cirugía tan invasiva como una cesárea, pero feliz, llena de dicha, agradecida con Dios y mi hermosa gente y reafirmando una vez más mis creencias donde la frase “Es solo su opinión, no tu realidad” toma más fuerza que nunca porque lo que me dijo erase una vez aquella doctora fue tan sólo su opinión y gracias a Dios no es mi realidad.
Antes de mostrar una foto de mi lindo bebito, quiero que sepan que esta publicación la he escrito en un cuaderno, y es mi esposo @panchocroquer quien como mi mano derecha que es, me ayudará a transcribirla para presentarla ante ustedes.
Sin más preámbulos les presento a mi hijo Álvaro Cróquer.
