En fin, llegó el momento. Mientras Danilo me decía que posición iba a adoptar, el profesor indicaba las pautas a seguir para la clase, los focos se encendieron, estos iluminaban todo mi cuerpo haciéndome sentir muy caliente, no lo puedo negar, estaba un poco nerviosa, emocionada y excitada, era el centro de total atención de 20 chicos aproximadamente algunos de ellos no podían disimular su deseo, sus caras hablaban por sí solas y eso me enloquecía, mis labios íntimos se empapaban dentro de mi abertura y ardían intensamente, la excitación del profesor de Pintura no podía mitigarse, no podía ocultar su prominente reacción ante mi desnudez.
Me sentía exuberante, mi vientre se distendía y contraía al compás de mi fogosidad, incluso llegué a pensar que tendría un orgasmo en ese instante, pero quería controlarme, ya tenía otras intenciones en mente, me causaba una ineludible atracción el profesor de arte, disfrutaba mirándolo fijamente mientras mordía mi labio inferior.
Una vez terminada la clase, su mirada marcó la invitación, se dirigió a su salón a guardar sus paletas y pinceles, yo me puse mi bata y entré por "equivocación" a su estudio, no hubo palabras, saqué mi bata deslizándose al suelo estando nuevamente desnuda frente a él pero esta vez totalmente solos, comencé a jugar con sus pinceles pasándolos por la aureola de mis senos, invitándolo a hacer lo propio, sus manos comenzaron a tocar todo mi cuerpo, manchándonos de pintura, mostrando algo de desesperación, comenzó a besar mi cuello mientras desabotonaba su pantalón, encontrándose rápidamente desnudo en su parte inferior, mostrándome su gran excitación.
|
Comenzó a jugar con mi abertura, haciendo caricias con su pincel intercalando con sus dedos y su lengua, me encantaba como su barba rozaba en ella. Inmediatamente me tomó en sus brazos subiéndome al mesón y embistiéndome con fuerza toda su pasión con movimientos dominantes. Una diversidad de posiciones mórbidas fueron protagonistas, el placer nos acechaba, besos, caricias, sus manos, las mías nos llevaban al límite del placer; ya en el piso un majestuoso y húmedo orgasmo deleitó el fascinante momento, terminando abatidos sobre la alfombra entre sudor y pintura.
Img 1, Img 2, Img 3,Img 4, Img 5, Img 6
Enlaces relacionados:El Diario de Alessandra: “Solo mi cobija lo sabe”,El Diario de Alessandra: "Unas copas tuvieron la culpa", El Diario de Alessandra: “Deseos”

Posted from my blog with SteemPress : http://luces.timeets.xyz/2018/07/31/el-diario-de-alessandra-entre-sudor-y-pintura/