Quizás les haya ocurrido que, pasado un tiempo, cuando vuelven a ver una película, su valoración sobre ella cambia. Al igual que nadie se baña dos veces en el mismo río, creo que nadie ve la misma película dos veces. Algunas veces no entenderemos por qué nos gustó una cinta tiempo atrás y otras veces la nueva visita será a favor de la historia, pero creo que es buena idea darle una segunda oportunidad a ciertos films, ¿cómo saber a cuáles? Ya eso es otro tema, pero digo todo esto porque fue lo que me ocurrió con Drive de 2011.
El protagonista es Ryan Gosling y en los créditos aparece como Driver (Conductor), así que partamos de que no tiene nombre. Es un hombre tranquilo, sencillo, que trabaja en un taller durante el día y es conductor especialista de cine gracias a los contactos de su jefe Shannon (Brian Cranston) quien conoce bien su talento al volante. En algún punto incluso se presenta la posibilidad de conducir un auto de carreras y Shannon piensa en él para estar detrás del volante. Pero además de estos trabajos, Driver obtiene unos ingresos extra como chófer para criminales. Los tipos malos que lo contactan necesitando un conductor experto para huir del lugar de sus fechorías, sólo le dan una dirección y una hora exacta y él se encarga de sacarlos de allí eludiendo a la policía y dejarlos a salvo en otra locación. Sin ningún tipo de brújula moral, trabajando sólo por el dinero y conociendo su destreza al volante, Driver pasa prácticamente todo el día trabajando, en el taller, como doble de cine, en fugas criminales, siempre muy serio, calmado y silencioso. Hasta que - siempre hay un adverbio que cambia todo y en este caso ese adverbio tiene nombre de mujer - conoce a Irene.
Carey Mulligan interpreta a la atractiva vecina del conductor. Tiene un hijo pequeño y su marido está en la cárcel. Driver es introvertido, busca siempre no llamar la atención de ninguna manera ni establecer lazos con las personas. Es un solitario. Sin embargo, Irene es tan encantadora que él no puede evitar acercarse, a pesar de todas las alarmas y en la forma en que un hombre solitario y criminal (porque parte de lo que hace es ilegal) se acerca a un ser que de alguna manera lo necesita, me recordó muchas otras historias, entre ellas León, el profesional con Jay Reno y Natalie Portman.
La primera vez que vi esta película fue hace unos cinco años y no me pareció gran cosa. Sin embargo, creo que fue porque no le presté suficiente atención. Quizás la ocasión, la compañía u otras cosas ajenas a la cinta me infundieron una predisposición negativa y me impidieron disfrutarla. En esta segunda oportunidad, hace un par de meses, la encontré mucho mejor. La historia, basada en la novela de James Sallis tiene cosas interesantes y la puesta en escena está bien lograda, tiene buena fotografía, excelentes efectos de sonido y una canción en su banda sonora que se te queda en la cabeza (A Real Hero de College ft. Electric Youth). Sumemos a eso la participación de Albert Brooks, Ron Perlman, Bryan Cranston, Oscar Isaac y una breve aparición de Christina Hendricks, además de una como siempre encantadora Carey Mulligan y un inusualmente silencioso Ryan Gosling. Estaba (estoy) acostumbrado a verlo iterpretando personajes elocuentes, así que verlo contenido, sereno y callado durante un par de horas, es algo diferente de forma positiva.
En los últimos años germinó en mí un nuevo respeto por Ryan Gosling como actor. Lo conocía de la icónica The Notebook, Blue Valentine y alguna otra película por allí, pero después de verlo en The Big Short y La La Land (dos de mis películas favoritas) comencé a prestarle más atención a sus actuaciones y aunque no me parece un actor de la talla de los más grandes como Daniel Day-Lewis, sí encuentro que es un buen actor y que en su amplia filmografía se pueden encontrar distintos tipos de películas y de papeles (reconozco que muchos de sus roles son similares, pero hay varios que se salen de allí y que vale la pena visitar). Finalmente, cabe mencionar que muchos han colocado a Drive entre las mejores 100 películas del siglo XXI e incluso se le han hecho tributos y se le considera una película de culto. Yo no llegaría a tanto. Para mí es una película de 6,5/10 puntos que vale la pena ver, más que muchas de las opciones disponibles en las diferentes plataformas de streaming actualmente y por eso se las traigo como recomendación del día.
Reseñado por @cristiancaicedo
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