DERROTADA [relato corto]

DERROTADA



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Las olas lamían mis pies descalzos. La bruma envolvía mi cuerpo y oscurecía el extenso paisaje a mí alrededor, convirtiéndolo en un escalofriante reino de sombras.

Había vuelto a pasar la noche en vela, dando vueltas y más vueltas, con mis atormentados recuerdos como única compañía. Hacía frío; demasiado. Se adhería a mi piel y penetraba mis poros con vileza. Continuos estremecimientos me recorrían, y mis dientes castañeteaban una tétrica melodía.

Miré a lo lejos, hacia el horizonte, donde el sol haría acto de presencia en cuestión de minutos. Tenía que darme prisa; su débil resplandor ya hacía que la superficie del agua refulgiera con timidez. No podía permitir que me viera. No podía dejar que sus cálidos rayos rozaran mi piel.

Me adentré en las aguas con decisión; pequeñas sombras triangulares vagaban en la distancia, incitándome, llamándome. Las heladas olas besaron mi pecho y ascendieron lentamente hasta cubrirme el rostro. El frío abandonó mi alma. A mí alrededor imperaba la calma y la más absoluta oscuridad.

La calidez me fue arropando, mientras los dedos de mis pies escarbaban inquietos el lecho lodoso y lleno de algas. Fijé la mirada al frente, hacia la nada. Lo desconocido me rodeaba. Creía que estaba lista, que hoy sería el día..., pero empecé a dudar. ¿Y si el infierno me aguardaba?

El calor se amontonó en mi pecho. Dolía. Miré hacia arriba; la superficie relucía con la seductora luz del alba. Poco a poco, los rayos iban irrumpiendo en el oscuro mar; se acercaban. Me ofrecían su ayuda, y me sentí tentada. Sabía lo que me esperaba allí arriba. ¿Era eso peor que la nada? ¿Que el infierno o la incertidumbre?

Sentí la puñalada del miedo. Mis pies dejaron de escarbar. Alcé los brazos y me impulsé. Mi rostro salió a la superficie y de inmediato el sol me acarició, dándome la bienvenida.

Había vuelto a fallar.

Avergonzada, nadé hacia la orilla. Me dejé caer sobre la maleza, mirando sin ver los pequeños botes de velas níveas que navegaban sobre el lago, indolentes. Me levanté y lancé una última mirada resentida al sol. Luego regresé a mi hogar, derrotada una vez más.

@elelobos


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Este cuento recibió la mención especial de la Semana 10 del Concurso de cuentos #fotocuento. El cual consistió en escribir una historia con un máximo de 400 palabras, inspirada por una fotografía de la organizadora @rahesi.

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© 2018, Elena Lobos

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