Esta mañana amanecí soñando bonito... De esos sueños que te dibujan una sonrisa y una sensación hermosa nomàs despiertas y abres los ojos a la luz de un nuevo día.

Y es que enamorarse es bonito hasta en los sueños. De eso culpan al pobre y loco corazón... Si yo fuera el corazón diría: ¿bueno y que tengo yo que ver en ese asunto de los sentimientos?.

Desde siempre te han echado la culpa, mi pobre loco y terco corazón... Y si, por terco, porque a veces te empeñas en cosas sin sentido y que si tienen sentido para tì y para quien es tu dueño...

Pero que culpa tiene uno de enamorarse, ¿ah?, si esa es la ley de la vida desde que venimos al mundo y tenemos conocimiento de causa.

Cuando uno viene al mundo, viene porque un ser de luz así lo desea. Esa noble mujer llamada madre y que tiene el corazòn màs enorme donde puede caber el universo entero.

Por eso dicen que no hay amor màs grande que el de una madre, esa que es capaz de dar su corazón por un hijo.

Luego vienen los enamoramientos y esas cosas que te complican la vida, pero que definitivamente, tambièn te hacen feliz, y uno se mete en esos zaperocos como dirían las abuelas, todo por amor, por culpa de este pobre loco y terco corazón.

Y es que el amor es tan hermoso e interminable, que interminables serán las culpas que te endilguen, mi bello corazón, noble, especial, sincero, impulsivo, lleno de tantos sentimientos bonitos, pero la mayorìa de las veces algo tonto y confiado.

Hoy quise no solo echarte la culpa de lo que siento, al contrario, quiero agradecerte por ser tan grande y dejarme albergar tantos sentimientos bonitos por tantos seres que amo y que son importantes para mi, entre ellos, los que están leyendo estas pequeñas lineas y me han dedicado parte de su valioso tiempo.