El túnel (Libro): el hombre en el abismo

Fotografía de mi galería personal

No sé si me gusta más descubrir nuevos autores y nuevos libros que me maravillen, o releer mis historias favoritas de siempre. En cuanto a los primeros, existe fascinación, sorpresa, agradecimiento y un placer particular por agregar un nuevo nombre a la estantería de favoritos; los segundos tienen el goce de la repetición y, como ver una de las películas que más te gustan, releer tus novelas favoritas te hace redescubrirla y redescubrirte en cada nueva visita.

Precisamente una de las novelas que más he releído ha sido El túnel de Ernesto Sabato. Aunque su nombre es muy conocido entre los lectores asiduos, la narrativa del argentino es bastante breve, apenas tres novelas, pero de alta factura (además de este libro he leído Sobre héroes y tumbas y es otra joya), razón de más para releerla una y otra vez.
He leído esta obra unas tres (¿o cuatro?) veces y no deja de impresionarme. En dos platos, El túnel es una extensa confesión en la que Juan Pablo Castel explica los motivos que le llevaron a asesinar a María Iribarne, la mujer que amaba. No se trata de un gran spoiler, porque literalmente la novela inicia revelando esta información:

"Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; supongo que el proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores explicaciones sobre mi persona"

De entrada, con la primera frase, ya Sabato nos sitúa en medio de una trama interesante, dramática y violenta. Con una estructura de novela policial, Juan Pablo va relatando, desde la cárcel, los hechos que considera importantes para entender el motivo de su crimen. Me gustan mucho las cursivas que Sabato utiliza en determinados momentos para expresar una inflexión en el tono, es como escuchar el cambio en la voz del asesino.

Atormentado y tormentoso, el pintor es un hombre abrumador, intenso, dramático, intenso, histérico, racional e irracional a la vez, esquizofrénico en opnión de la crítica especializada y también contradictorio. Aunque él mismo se pregunta "¿por qué esa manía de querer encontrar explicación a todos los actos de la vida?" luego le busca explicación a cada una de las acciones de María. También, aunque algunas veces expresa no tener por qué explicar algo, o no querer hacerlo, luego habla de su "maldita costumbre de querer justificar cada uno de mis actos" y más tarde agrega "Mi cabeza es un laberinto oscuro. A veces hay como relámpagos que iluminan algunos corredores. Nunca termino de saber por qué hago ciertas cosas". En el fondo, lo que Juan Pablo quiere es alguien que lo lea, que lo entienda; el artista quiere ser comprendido para sentirse menos solo:

"Me anima la débil esperanza de que alguna persona llegue a entenderme. AUNQUE SEA UNA SOLA PERSONA"

Las mayúsculas son de Sabato.

Frente a Juan Pablo, tenemos a María, a quien el pintor persigue, busca, aborda, confiesa que la necesita de una manera tóxicamente romántica ("me dio vergüenza decirle que deseaba verla al otro día o que deseaba seguir viéndola allí mismo y que ella no debería separarse ya nunca de mí ") hasta abrumarla; con un aura triste, débil, sumisa, María dice a su amante "hago mal a todos los que se me acercan". La mesa está servida para la tragedia. Y no me refiero al crimen como tal, sino a lo perturbadora y retorcida que puede ser una relación amorosa entre dos seres que, a pesar de sus semejanzas o quizás debido a ellas, son tan lúgubres y depresivos.

El hecho de que esta historia y esta novela me parezcan memorables no significa que lo que se cuenta sea ejemplar. Me parece que los amores contrariados, difíciles, tormentosos, dan mejores novelas que los más felices y tranquilos (prefiero Cumbres borrascosas que Orgullo y Prejuicio), pero no tendría ese tipo de relación en la vida real.
Esta novela y la obra de Sabato fueron celebradas por autores como Sartre y Camus, cuyo libro El extranjero vino a mi mente en esta relectura, no sé si por haber sido otra relectura reciente, pero encontré similitudes (la confesión desde la cárcel, el crimen, los monólogos existencialistas, los motivos a veces incomprensibles para cometer un asesinato, frases como "que el mundo es horrible, es una verdad que no necesita demostración"), aunque claro la actitud de Meursault es la indeferencia, la de Castel lo opuesto.

Trágica, impetuosa y profundamente existencialista, El túnel ha sido llevada al cine en tres oportunidades y año tras año se sigue vendiendo, leyendo y releyendo como uno de los libros más relevantes de la literatura universal, porque, al margen de esa relación tóxica entre Juan Pablo y María, reflexiona sobre la condicion humana, el amor, la soledad, la vanidad, la caridad, la vida, la muerte, entre muchos otros temas. Dicho todo esto, ¿qué estás esperando para leerla?

H2
H3
H4
Upload from PC
Video gallery
3 columns
2 columns
1 column
5 Comments