
«La democracia [...] como norma política parece una cosa óptima. Pero [...] de la democracia en el pensamiento y en el gesto, la democracia en el corazón y en la costumbre, es el más peligroso morbo que puede padecer una sociedad.»
«Democracy [...] as a political norm seems an optimal thing. But [...] democracy in thought and gesture, democracy in the heart and in custom, is the most dangerous morbidity that a society can suffer from.»
— José Ortega y Gasset
E S P A Ñ O L
ℙ𝔸𝕃𝔸𝔹ℝ𝔸𝕊 𝔻𝔼 ℙ𝔼𝕊𝔸𝔻𝕀𝕃𝕃𝔸
Mi hermana Carmilla aún grita por las noches después de aquel extraño encuentro, cuando un hombre misterioso se cruzó en su camino la madrugada del jueves. Ella deambulaba por los peñascos afilados descalza, sin sentir dolor alguno, pues era guiada por el sueño de los sonámbulos y su bello trance indoloro. Esa noche pensé que la perdería, pues sus pies casi rozaron el borde, lloraba por el ruego de un milagro hasta que, de la nada, ese hombre apareció.
Sostuvo a mi hermana como a la más delicada doncella y la salvó de la muerte. Nunca pude vislumbrar su rostro pues las penumbras de la noche no me lo permitieron, y así mismo, mis agradecimientos quedaron ensimismados en mis palabras. El misterioso hombre, después de haber dejado segura a mi hermana al lado del borde del abismo, desapareció como una sombra entre las tinieblas.
Corrí hacia mi hermana acompañado de mi esposa y un criado y la devolvimos segura a nuestra casa. Desde entonces, Carmilla no volvió a deambular dormida por las noches de ensueño, sin embargo, sospecho que aquel encuentro dejó dentro de ella algo mucho peor.
Me temblaban las manos en mi cama al escuchar los gritos de Carmilla, expedía palabras sin sentido sobre ojos de fuego y espejos fisurados, elementos que parecían alzados de una pesadilla. Por las mañanas, Carmilla parecía la más bella y normal de todas las jóvenes. Sonreía, hablaba sin cesar, desbordaba energía y se alimentaba como si no hubiera comida mañana. Pero por las noches era una persona distinta, incluso elementos de su aspecto físico cambiaban.
Al principio, me escabullía hacia su habitación entrada ya la madrugada donde, por lo general, era cuando comenzaban sus pesadillas. Al verla, me sorprendía, pues era increíble para mi compresión ver como alguien cambiaba tanto en solo una noche. Sus cabellos dorados se volvían plateados, al igual que su piel, radiante como la superficie de la luna. Sus dientes eran blancos y de porcelana, tan relucientes como piezas de marfil. Sus labios se volvían rojos y carnosos como fresas silvestres, y su nariz respingada, tan prominente, ¡A pesar de lo fantástico era muy hermosa!
Tuve la oportunidad de medir su cuerpo en más de una ocasión, y descubrí que había crecido veinte centímetros más. Estaba tan delgada, pero no en un sentido preocupante, sino que su figura era una esbeltez fabulosa, digna de una escultura. Sus uñas eran largas y puntiagudas, de color rojo y endurecidas. Carmilla parecía una persona distinta, una criatura fuera de este mundo, cada vez que se transformaba.
Como era de esperarse, profería cada noche las mismas palabras que encontraba en sus pesadillas: «Ojos de fuego», «Espejo fisurado», y en esta ocasión, esbozó una frase nueva que hizo que mis pelos se colocaran de punta: «Montaña Plateada». Quedé completamente atónito, pues no sabía que mi hermana tuviese conocimiento de aquel lugar.
La Montaña Plateada, era el nombre del rancho de nuestros padres, lugar que quedó en la ruina a causa de las malas decisiones de mi padre por su demencia. Después de quedar el lugar devastado, el viejo se suicidó, causando posteriormente la muerte de mi madre por la pena. El lugar me quedó como herencia pero no lo quise, pues siempre le atribuí que dicho lugar está dominado por una especie de «Maldición».
Carmilla nunca supo de aquel lugar, me aseguré de ello, pero ahora que la escucho nombrarlo más de una vez, me doy cuenta que mis creencias estuvieron equivocadas. Y, ahora más que nunca, acuso que la causa que provocó la ruina de mis padres proviene de una esencia diabólica. Carmilla y su nuevo padecimiento me han revelado la verdad, ahora la pregunta es: ¿Qué voy a hacer ahora?
Dejé que mi hermana se subsumiera en aquellos encantos oníricos y diabólicos, y regresé a la seguridad de mi cama con dificultades para dormir, pensando en buscar una solución a aquella situación antes de que sea demasiado tarde.
Al día siguiente, Carmilla volvía a su estado normal, sus cabellos volvían a ser rubios, su piel blanca pero sin aquella impresionante palidez. Su estatura habitual, sus uñas en estado normal, su nariz chata, sus labios finos y rosados; era como si hubiese sido poseída por un demonio que tomaba forma en su cuerpo cada noche convirtiéndola en otra persona. Si alguien le preguntaba a mi hermana lo que soñaba cuando dormía, ella aseguraba no recordar, sentí pena y a la vez miedo por ella, por lo que llamé inmediatamente a mi amigo, el Doctor Jonás Salt.
Jonás, era un psicólogo reconocido en la ciudad de Grhechit, lugar que queda a cuarenta kilómetros de nuestro hogar de campo. No solo trabaja en el campo psicológico, sino que también ha sido uno de los primeros pioneros de la Neurociencia en este país, al igual que la parapsicología y otros estudios fuera del campo de la ciencia tangible. Busqué en la libreta de contactos de mi oficina su número telefónico inmediatamente, lo llamé varias veces pero nunca contestó, lo único que se me ocurrió fue dejar un mensaje en su contestadora.
Al rato, Marie, mi esposa, aparece atravesando el portal de la oficina con una máscara de espanto: «¡Tienes que venir, deprisa!», me dijo, y junto con ella voy corriendo hacia el cuarto de Carmilla. Lo que vi, no solo me llenó de miedo sino también de impresión, había un espejo fisurado al fondo de la habitación, con palabras escritas en pintura roja que decían: «La Montaña Plateada».
CONTINUARÁ...
E N G L I S H
ℕ𝕀𝔾ℍ𝕋𝕄𝔸ℝ𝔼 𝕎𝕆ℝ𝔻𝕊
My sister Carmilla still screams at night after that strange encounter, when a mysterious man crossed her path early Thursday morning. She wandered the sharp crags barefoot, feeling no pain, for she was guided by sleepwalkers' sleep and their beautiful painless trance. That night I thought I would lose her, for her feet almost brushed the edge, I cried for the plea of a miracle until, out of nowhere, that man appeared.
He held my sister like the most delicate maiden and saved her from death. I never caught a glimpse of his face because the darkness of the night did not allow me to do so, and so my thanks remained engrossed in my words. The mysterious man, after having left my sister safe by the edge of the abyss, disappeared like a shadow in the darkness.
I ran to my sister, accompanied by my wife and a servant, and we returned her safely to our house. From then on, Carmilla never again wandered sleepily through the dreamy nights, yet I suspect that that encounter left something far worse inside her.
My hands trembled in my bed as I listened to Carmilla's screams, she would utter meaningless words over fiery eyes and cracked mirrors, elements that seemed lifted from a nightmare. In the mornings, Carmilla seemed the most beautiful and normal of all the young women. She smiled, talked incessantly, overflowed with energy and fed like there was no food tomorrow. But at night she was a different person, even elements of her physical appearance changed.
At first, I would sneak into her room in the wee hours of the morning, where her nightmares usually began. Seeing her, I was amazed, as it was unbelievable to my compression to see someone change so much in just one night. Her golden hair turned silver, as did her skin, radiant as the surface of the moon. Her teeth were white and porcelain, as gleaming as pieces of ivory. Her lips were red and fleshy like wild strawberries, and her upturned nose, so prominent, yet fantastic, she was very beautiful!
I had the opportunity to measure her body on more than one occasion, and discovered that she had grown twenty centimeters taller. She was so thin, but not in a worrisome sense, but her figure was a fabulous slenderness, worthy of a sculpture. Her nails were long and pointed, red and hardened. Carmilla looked like a different person, a creature out of this world, every time she transformed.
As expected, every night she uttered the same words she encountered in her nightmares: "Eyes of fire", "Cracked mirror", and this time, she outlined a new phrase that made my hair stand on end: "Silver Mountain". I was completely astonished, for I did not know that my sister had any knowledge of that place.
Silver Mountain was the name of our parents' ranch, a place that was left in ruins because of my father's bad decisions due to his dementia. After the place was devastated, the old man committed suicide, later causing the death of my mother due to grief. The place was left to me as an inheritance but I did not want it, because I always attributed to him that the place is dominated by a kind of "Curse".
Carmilla never knew about that place, I made sure of that, but now that I hear her mention it more than once, I realize that my beliefs were wrong. And, now more than ever, I accuse that the cause that brought about my parents' ruin comes from a diabolical essence. Carmilla and her new ailment have revealed the truth to me, now the question is: What am I going to do now?
I let my sister subsume herself in those dreamlike and diabolical charms, and I returned to the safety of my bed with difficulty sleeping, thinking of finding a solution to that situation before it is too late.
The next day, Carmilla was back to her normal state, her hair was blonde again, her skin white but without that impressive pallor. Her usual height, her nails were normal, her nose flat, her lips thin and pink; it was as if she had been possessed by a demon that took shape in her body every night turning her into another person. If someone asked my sister what she dreamed when she slept, she claimed not to remember, I felt sorry and at the same time afraid for her, so I immediately called my friend, Dr. Jonah Salt.
Jonas was a well-known psychologist in the city of Grhechit, a place that is forty kilometers away from our country home. Not only does he work in the psychological field, but he has also been one of the early pioneers of Neuroscience in this country, as well as parapsychology and other studies outside the field of tangible science. I looked in my office contact book for his phone number immediately, called him several times but he never answered, the only thing I could think of was to leave a message on his answering machine.
After a while, Marie, my wife, appeared through the office doorway wearing a scary mask: "You have to come, hurry!" she said, and together with her I ran to Carmilla's room. What I saw, not only filled me with fear but also with shock, there was a cracked mirror at the back of the room, with words written in red paint that said: "The Silver Mountain".
TO BE CONTINUED...
Escrito por @universoperdido. 03 de Junio del 2021
Written by @universoperdido. June 03, 2021.
Otras publicaciones de mi autoría | Other publications of my authorship
![]() | |
---|---|
![]() | |
![]() |
