Los primeros poemas que escribí surgían de ideas, de una frase, más que de emociones. Una vez tomé lápiz y papel y describí en versos lo que puede suceder tras una ruptura amorosa y a pesar de no haber tenido pareja hasta entonces, el resultado fue bastante claro y desgarrador. Ese es el poema que les presento hoy, una reflexión sobre cómo, aunque una relación termine, muchas veces la huella de esa persona nos acompaña por más tiempo. En la inmediatez de la ruptura sentimos que nada ni nadie podrá reemplazar ese vacío, solamente el tiempo logra atenuar un poco el dolor y cerrar la herida. En mis archivos personales tengo una copia de este poema junto a una impresión de aquel famoso cuadro de Dalí al que hago referencia en el título de esta entrada porque, después de amar, la imagen del ser amado insiste en no marcharse, en luchar contra el olvido de la mente y de la piel. Espero que les guste el poema, los leo en los comentarios.
“Olvidarte”
Cada palabra que me dijiste
todo aquello que por mí hiciste
lo recuerdo tal cual hoy
porque esas frases tan hermosas
y todas aquellas cosas
han hecho de mí lo que soy.
Recorro enteras las calles
sin dejar pasar detalles
para revivir esos momentos
pero nunca será igual
porque conmigo ya no estás
aunque sea grande este sentimiento.
Otros labios he besado
en otros rostros he buscado
alguna forma de olvidarte
ahora te pido perdón
tenía razón mi corazón
jamás podré reemplazarte.
Los besos que un día nos dimos
lo que una vez nos dijimos
hasta hoy no lo he olvidado
cada uno de esos “te quiero”
“te amo” y “por ti me muero”
en mi memoria los he guardado.
A veces oigo que llamas
y que estás en nuestra cama
pero es sólo una ilusión
son estas ganas de abrazarte
ganas de no olvidarte
ganas que guardo en mi corazón.
Y la nostalgia me consume
cuando siento tu perfume
aunque ya no estés aquí
en esta cama vacía
me invade la melancolía
porque todo me sabe a ti.
Y ahora estoy muy seguro
de que este amor es muy puro
y que no es algo del pasado
lo que se amó se amará
lo que estuvo siempre estará
y nunca se irá de mi lado.
Porque ni mil años bastarán
ni otros amores servirán
para borrar lo que en mí dejaste
y el que no te vea otra vez
no importará porque yo sé
que jamás podré olvidarte.
Escrito por @cristiancaicedo en 2002
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