Haruki Murakami: obliga a la gente a pensar

Una de las cosas que más me gusta de leer, aparte de las diferentes historias, los estilos, los juegos literarios y los viajes a otras realidades, es que me permite encontrarme con buenas frases que disparan esa máquina procesadora de pensamientos llamada mente.

En todos los libros que leo encuentro frases, párrafos o fragmentos que actúan como un estímulo para reflexionar sobre diversas cosas, no necesariamente relacionadas de forma directa con la historia que estoy leyendo. Hay frases muy elaboradas, claro, pero me gustan más las frases que son cortas y que de una forma simple, dan un poderoso mensaje. Y en esa economía de recursos y sencillez del lenguaje, no hay mejor ejemplo que los escritores japoneses. Kawakami, Oé, Katayama, Yoshimoto, todos tienen un estilo plácido y un lenguaje sencillo para transmitir grandes verdades. Y fue en un libro escrito por uno de esos escritores que hallé la frase de hoy. Mi lectura más reciente fue la colección de cuentos El elefante desaparece de Haruki Murakami, cuya reseña pueden leer en este enlace y la frase sobre la que hablaré está incluida en el primer relato:

“No hay nada malo en hacer preguntas. Obliga a la gente a pensar”

Se ha hablado mucho de la curiosidad, del deseo de saber, de cómo las personas que preguntan están expresando un deseo de comprender. La curiosidad es una buena amiga del conocimiento, porque éste sólo se esconde de quienes no lo buscan. Entonces, sabemos que es bueno preguntar, pero lo que no se nos dice, o al menos no con la suficiente frecuencia, es que también es muy útil ser interrogados.
Cuando alguien nos hace una pregunta se abren dos ideas, la primera es la lógica, que esa persona desea saber algo; la otra, no tan obvia para algunos, es que que tenemos que pensar para poder responder. Y es aquí en donde deberíamos agradecer a la gente que nos hace preguntas, porque si nos tomamos el tiempo de buscar una respuesta para ellos, también la habremos hallado para nosotros.

Cuando se trata de una cuestión de conocimiento y uno no sabe (academia, datos), podemos expresar nuestra ignorancia y luego ayudar al otro a buscar la respuesta. Pero la frase de Murakami y este post van en otra dirección. Por ejemplo, cuando una persona en una situación personal particular nos cuenta su historia y luego nos pregunta ¿qué harías tú?, o ¿crees que obré mal?; o a lo mejor en una situación más sencilla, comentando la escena de una película o hablando de los personajes de una saga, alguien pregunta ¿tú harías lo mismo que tal persona?. Quizás solemos tomar estas preguntas como cualquier cosa y contestamos sin pensar, pero si nos tomamos el tiempo y nos sentamos a pensar un poco, la respuesta que obtendremos al final para nuestro interlocutor, nos iluminará una parte de nosotros mismos, algo que quizás no conocíamos, o no habíamos notado, porque no lo habíamos pensado hasta que nos lo preguntaron.

Por eso me gusta hacer peguntas al final de mis posts, en especial los reflexivos, porque obliga a la gente a pensar y más que por responderme a mí, me interesa que se respondan a sí mismos. Es mucho más lo que pudiera hablarse sobre los beneficios de preguntar y ser preguntados, todo ello motivado por unas cuantas palabras leídas en un cuento dentro de un libro, ¿cuánto más creen que esconde una biblioteca? Así que, en esta oportunidad, en lugar de finalizar con una pregunta, voy a dejarles una invitación: lean. Es buenos leer blogs, periódicos, estar informados, pero dediquen tiempo a leer Literatura. Novelas, cuentos, poemas, son tesoros que están esperando ser encontrados por nosotros y cada lectura, cada libro, cada autor, cada frase, no tan sólo va a mostrarnos los mundos que viven fuera de nosotros, sino especialmente aquellos que habitan en nuestro interior. Leer es encontrarse.

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