The Last Days of American Crime (Película): lo más reciente de Netflix

Como venezolano amante del cine, estoy orgulloso del camino que ha recorrido mi compatriota Edgar Ramírez, desde sus inicios como actor de telenovelas en Venezuela, hasta compartir pantalla con Eric Bana, Ralph Fiennes, Jessica Chastain, Ana de Armas, Will Smith, Jennifer Lawrence y tantas otras estrellas de Hollywood. Por eso veo todas y cada una de las películas en las que participa y por eso vi The Last Days of American Crime ayer mismo cuando se estrenó en Netflix.

El punto de partida de la trama es interesante: el gobierno de los Estados Unidos ha desarrollado una señal supresora de los impulsos criminales en las personas, conocida como API por sus siglas en inglés. En un español más claro, a través de antenas repetidoras, el gobierno puede emitir una señal que le impide a las personas llevar a cabo cualquier acción que vaya en contra de lo que está permitido dentro de la ley. Aunque, en teoría, el lanzamiento de esta señal implicaría a desaparición del crimen en todo el territorio nacional, existen otros efectos colaterales: supresión de la libertad de acción, alza en los índices de violencia en los días previos al lanzamiento de la señal y también la desaparición de la policía, pues si no hay crímenes, ni criminales, las fuerzas de la ley se hacen innecesarias.

No sé con cuánta profundidad trata los aspectos sociales el cómic original, pero el marco de la historia es muy interesante porque el sueño de un país libre de crímenes no pinta tan paradisíaco como se pensaría. Ciudadanos intentando atravesar la frontera para escapar al control gubernamental, criminales teniendo que renegociar su lugar en el nuevo orden nacional, amnistías, luchas por recursos, son varias las consecuencias reflejadas en esta cinta de carácter distópico que sin embargo deja también espacio para la hermandad, la amistad, el amor, todas ellas emociones inherentes a la condición humana que también siente, en este thriller, venganza, odio, redención, culpa y miedo. Hasta allí, el contorno, las bases, el marco de la historia digamos, atrae y mucho. Pero una vez que nos adentramos en la trama, en los entresijos de lo que podría haber sido una gran historia, todo se va en caída libre.

El venezolano interpreta a Graham Bricke, un líder criminal (aunque no el más grande de la ciudad) que decide no huir a Canadá como tenía previsto, sino participar junto a otros dos peculiares personajes en el robo del siglo, el cual sería, una vez lanzada la señal gubernamental, el último crimen en la historia de Norteamérica. Kevin Cash y su novia Shellby Dupree, con quien Graham se involucra emocionalmente, son los otros 2/3 del núcleo protagónico, pero ninguno de los tres personajes es memorable o realmente atractivo.

Si sólo hubiera sido cine de fórmula, con lo mismo de siempre, habría menos que reclamar. Pero es que el guión es flojo, la trama es inconsistente y no fluye de buena forma, a los personajes les falta construcción (aunque la interpretación de Edgar, como es costumbre, es muy buena) y en general, la película es un fastidio; prolongado, además, porque dura 149 minutos, una exageración para una película tan sosa. Nos queda entonces un intento de historia, una intención de película que desaprovecha los cimientos de una trama que daba para mucho más. En resumen, unos 4/10 puntos para The Last Days of American Crime, de la cual rescato la actuación del venezolano y el marco de trama. Quizás habrían podido desarrollarla mejor en una mini serie y hubieran podido darle mayor profundidad y transcendencia a los personajes y sus motivaciones. Desafortunadamente, no lo han hecho.

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