Con algo de vergüenza debo confesar que hasta hace unos meses no había visto The Godfather, uno de los films más importantes de la historia y que durante décadas se ha debatido el sitial de honor entre las mejores películas de todos los tiempos con Citizen Kane de Orson Welles. Y no había visto esta película (aunque sí la de Welles) por alguna desconocida razón, quizás la misma por la cual aún no he visto Gone with the wind (está en mi lista de pendientes); así que aproveché los meses de confinamiento para saldar algunas deudas fílmicas, comenzando por esta.
Estuve tentado a realizar una sola publicación para hablar de las tres producciones que conforman esta trilogía de Francis Ford Coppola, pero cada una es por sí misma tan buena y tan interesante que me pareció un sinsentido. La primera entrega, llamada textualmente The Godfather, se basa en una novela escrita por Mario Puzo, quien coescribió el guión con el propio director. Como muchos ya sabrán, aunque no la hayan visto, esta cinta se ambienta en los EEUU en la década de los años cuarenta. El mítico Don Vito Corleone (Marlon Brando) es el respetado y temido jefe de una de las cinco familias de la mafia de Nueva York y tiene cuatro hijos: Connie (Talia Shire), el impulsivo Sonny (James Caan), el pusilánime Fredo (John Cazale) y Michael (Al Pacino), quien es digamos el bueno, o el diferente; ha prestado servicio militar y no quiere saber nada de los negocios de su padre. Lo conocemos como un hombre recto, de principios, algo así como la oveja negra de la familia, o en este caso, la oveja blanca. Cuando Corleone, en contra de los consejos de Il consigliere Tom Hagen (Robert Duvall), se niega a participar en el negocio de las drogas (lo que demuestra que Il Padrino no es tan desalmado y avaricioso como pordría pensarse y que tiene también sentido común y unos principios morales que respeta), el jefe de otra banda ordena su asesinato. A partir de allí, empieza una violenta y cruenta guerra entre las familias mafiosas, mientras Don Vito se debate entre la vida y la muerte.
La fotografía es muy buena y también la dirección, pero hay dos elementos claves en que esta película haya sido y siga siendo lo que es. El primero de ellos es el guión, no en vano obtuvo una de las tres estatuillas que se llevó a casa la noche de los Oscars. Pienso que fue crucial la paticipación de Puzo, autor de la novela, para adaptar a la gran pantalla esta historia en la que hay violencia, venganza, traiciones, dinero, actividades ilícitas y frases memorables, pero que se centra especialmente en la familia (uno de los valores sagrados para los Corleone) y en la metamorfosis de Michael, pues el que se pensaba el más incorruptible de los hijos del Padrino es quien termina llevando las riendas del negocio mientras el patriarca agoniza.
Y allí encontramos el segundo elemento: las actuaciones. Además de los mencionados, el reparto incluye también a Diane Keaton como la esposa de Michael y todos los que participan interpretan sus papeles de excelente manera (de hecho, tres de ellos fueron nominados a Mejor Actor de Reparto), en especial un jovensísimo Al Pacino quien hasta ese día no había realizado mucho cine (pero sí bastante teatro) y le tocó encarnar la evolución de su personaje Michael de un extremo a otro, iniciando como el desapegado de la familia y acabando convertido en el mismísimo sucesor de su padre. Pero más que todos los demás, el mejor actor de la cinta es el icónico Marlon Brando. Ya era famoso y reconocido como un grande, ya contaba con una carrera exitosa y participaciones memorables como la de Un tranvía llamado deseo, pero su papel como Vito Corleone le significó el Oscar a Mejor Actor y la consagración como uno de los nombres imprescindibles cuando se quiere hablar de la historia del cine y de actuaciones de antología.
Una de las mejores cosas de The Godfather es que su legado logra perpetuar la sensación dejada por la primera entrega. Cuando vemos hacia el final a Michael Corleone sentado en el sillón, anticipamos una consolidación suya como cabeza no sólo de la familia sino de la mafia entera. Sin lugar a dudas, esta es una película de 10/10, una de esas que todo cinéfilo debería ver por lo menos una vez. ¿La mejor película de todos los tiempos? Es difícil escoger, porque Citizen Kane también es una pieza increíble que además cuenta con un historial irónico por no haber triunfado como Mejor Película en los Oscars, cosa que El Padrino si hizo. Si no han visto ninguna de estas dos películas, por favor háganlo en cuanto puedan. No se arrepentirán.
Reseñado por @cristiancaicedo
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