Vórtice
—Se lo juro, Doc. Donde quiera que esté, él estará... me vigila —aseguró Tom, susurrando, sentando en el diván, al Doctor Dupont.
—Bien, Tomás, ¿y dices que este... "hombre enmascarado" asesinó a tu amigo hace tres noches? Cuéntame, ¿por qué no llamaste a la policía?
—Porque no sé si esté muerto, Doc —respondió él —. Sé que es difícil de digerir, pero sin cadáver ¿quién creerá que esa cosa apareció detrás de él en mi casa y se lo llevó bajo tierra?
—¿Bajo tierra dices? —escuchaba atentamente, aunque no creía un ápice de aquella versión. Basado en su experiencia, el paciente era, casi con seguridad, un esquizofrénico que asesinó a su amigo o lo mantenía cautivo —. ¿Tienes alguna especie de sótano, Tomás?
—No Doc —respondió Tom con una risa ahogada y claramente frustrado —, abrió un vórtice en el suelo y lo arrojó. Solo me quedó su mano... no logró atravesar el vórtice antes de que se cerrara —afirmó al tiempo que intentaba incorporarse lentamente.
El doctor notó su repentina expresión de sobresalto y le cuestionó sobre qué pasaba.
—No me creerá, pero si da la vuelta verá al enmascarado justo detrás de usted.
Dupont volteó y se le heló la sangre.
Imagen original de Pixabay | JosepMonter | Arte digital de @joseph1956
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