Grandparent stories contest entry: @Franchalad [ENG - ESP]

Today I came across a new contest promoted by @galenkp a user from beautiful Australia who from the Silver Bloggers community dedicated to people who have reached their fullness in life, has come up with this wonderful initiative rated by @dandays

Mama Juana always sat under the shade of a big tree that was just behind the courtyard of the maternal house, while weaving or sewing some scraps of fabric for some of those shower curtains that looked like a carnival because of the different types of fabric she used; she always told her anecdotes enjoying as always the evening breeze that we loved so much.

I, who always had a natural predilection for reading, consumed books in a matter of hours and always left the afternoons to sit and talk with my grandmother. I don't know why but since I was a child I enjoyed talking to people older than me, I always felt attracted by the experience that these beings emanated, especially my paternal grandmother with whom I fortunately grew up.

We always lived at Grandma Juana's house, so we had a sense of belonging with her care. That old house with concrete blocks worn by time contained the memories of almost 3 generations and had seen a few people grow up and die, whether they were related to the family or not. The truth is that those evenings were special and I enjoyed them so much asking about their stories that always shocked me, made me laugh or moved me.

My grandmother has a natural gift for telling stories and intoning them with the same passion with which she lived them, despite her illiteracy I always respected that kind of knowledge that a university cannot give you, but life can. I remember so many stories that it would be practically impossible to summarize them in a single post, but there was one in particular that struck me because of the context in which it was generated.

It was in the 1950's when Mama Juana, who was born in 1937, decided to pay attention to a man who was courting her, his name was Pedro and he was the father of her first children. Pedro was a very insecure man who was very fond of alcohol and hitting women, so the life of my grandmother, who was still a teenager when she married, was hell from the beginning.

Pedro was a tall and very violent man, he was a hunter so my grandmother had to accompany him wherever he went. They lived on an island in the vicinity of the Catatumbo river, one of the most plentiful rivers in Venezuela, there Pedro would leave poor Juana, who by then was pregnant with her second child, locked up from morning until the time he returned. But his return was not as expected, more than once he arrived drunk and in the mood to mistreat her in every way.

On one occasion my grandmother told me that on one of those days, isolated in the middle of the jungle, she felt the gaze of something that she could not immediately discover. Pregnant and locked up, she spent her days watching the canoes go by the river and lying down, until at night the sound of footsteps woke her up and as usual Pedro had not arrived, so my grandmother stealthily set out to discover what it was that was haunting the hut where she was.

Those footsteps came from a tiger, the biggest tiger my grandmother had ever seen in her life and it was coming to eat her and her firstborn son. Pedro had arrived and with his shotgun he fulminated from afar the evil feline that had a delicious feast in my grandmother.

That fact marked my grandmother deeply, so much so that she decided that that fact should be the end of her relationship with that man, she even thought of killing him while he slept, but she never did it, on the contrary, she summoned all her courage and fled to the capital city where she met her mother. No man would ever mistreat her again and her children would want for nothing because she would work until exhaustion to make them the men and women they are today.

That life lesson impacted me too, so much so that I decided that love would never mow me down and that I would always choose my well-being above all else. Mama Juana is about to turn 84 years old, although I have been away from her it does not mean that I have forgotten her, on the contrary, wherever I go I will always remember her and she will be an everlasting part of me.

Hoy me he encontrado con un nuevo concurso promovido por @galenkp un usuario de la hermosa Australia que desde la comunidad Silver Bloggers dedicada a las personas que han alcanzado su plenitud en la vida, ha ideado esta maravillosa iniciativa evaluada por @dandays

Mama Juana siempre se sentaba bajo la sombra de un gran árbol que había justo detrás del patio de la casa maternal, mientras tejía o cosía algún retazo de tela para algunas de esas cortinas de baño que parecían un carnaval por los distintos tipos de tela que utilizaba; siempre contaba sus anécdotas disfrutando como siempre de la brisa vespertina que tanto nos gustaba.

Yo que siempre tuve una predilección natural por la lectura, consumía libros en cuestión de horas y dejaba siempre las tardes para sentarme a hablar con mi abuela. No sé por qué pero desde muy niño disfrute hablar con personas mayores que yo, siempre sentí atracción por la experiencia que emanaban estos seres, muy especialmente mi abuela paterna con quien afortunadamente crecí.

Siempre vivimos en casa de la abuela Juana, así que teníamos una sensación de pertenencia con sus cuidados. Aquella casa vieja con bloques de concreto desgastados por el tiempo contenía los recuerdos de casi 3 generaciones y había visto crecer y morir a unas cuantas personas ligadas a la familia o no. Lo cierto es que aquellas tardes eran especiales y yo las disfrutaba tanto preguntando por sus historias que siempre me impactaban, me hacían reír o me conmovían.

Mi abuela tiene un don natural para contar historias y entonarlas con la misma pasión con las que las vivió, a pesar de su analfabetismo siempre respeté ese tipo de conocimientos que una universidad no te puede otorgar, pero si la vida. Recuerdo tantas historias que sería prácticamente imposible resumirlas en un solo post, pero hubo una en particular que me impactó por todo el contexto en la cual se generaba.

Corría la década de 1950 cuando Mama Juana que había nacido en 1937 decidió hacerle caso a un hombre que la cortejaba, su nombre era Pedro y fue el padre de sus primeros hijos. Pedro era un hombre sumamente inseguro que le gustaba mucho el alcohol y pegarle a las mujeres por lo que la vida de mi abuela que aún era adolescente cuando se casó, fue un infierno desde el principio.

Pedro era un hombre alto y muy violento, era cazador así que mi abuela lo tenía que acompañar a hasta donde el estuviera. Vivian en una isla en las inmediaciones del rio Catatumbo uno de los ríos más caudalosos de Venezuela, allí Pedro dejaba encerrada a la pobre Juana quien para ese entonces estaba embarazada de su segundo hijo desde la mañana hasta la hora que el regresara. Pero su regreso no era el esperado, más de una vez llego borracho y con ánimos de maltratarla en todos los sentidos.

En una oportunidad mi abuela me contó que en uno de esos días aislada en medio de la selva, sintió la mirada de algo que no pudo descubrir inmediatamente. Embarazada y encerrada dedicaba sus días a ver las canoas pasar por el rio y a estar acostada, hasta que por la noche el ruido de unas pisadas la despertó y como siempre Pedro no había llegado así que mi abuela sigilosamente se dispuso a descubrir que era aquello que rondaba la choza en la cual se encontraba.

Aquellas pisadas provenían de un tigre, el más grande que vio mi abuela en su vida y venía a comérsela a ella y a su primogénito como pudo salió corriendo a proteger a su hijo pero el sonido de unos disparos ensordecedores acabarían con el silencio de la selva. Pedro había llegado y con su escopeta fulminó de lejos al malvado felino que tenía en mi abuela un delicioso festín.

Aquel hecho marcó a mi abuela profundamente, tanto que decidió que aquel hecho debía ser el final de su relación con aquel hombre al incluso llegó a pensar en matar mientras este dormía pero nunca lo hizo por el contrario armo todo ese valor y huyó a la capital donde se encontró con su madre. Ningún hombre volvería a maltratarla nunca más y a sus hijos no les faltaría nada porque ella trabajaría hasta el cansancio para hacer de ellos los hombres y mujeres que hoy en día son.

Esa lección de vida también me impacto a mí, tanto que decidí que el amor nunca me segaría y que siempre elegiría mi bienestar por encima de todo. Mama Juana está por cumplir 84 años, aunque he estado alejado de ella no significa que la haya olvidado por el contrario a donde yo vaya siempre la recordare y será una parte sempiterna de mí.